GIJÓN "CRECE" EN ALTURA

Gijón parece ser una ciudad unida a los escándalos urbanísticos. Sobre todo en la zona de Poniente una zona codiciada por los constructores y sentenciada por los políticos. Una zona antes ocupada por los astilleros y que ahora quiere ser convertida en el nuevo Gijón.
La verdadera razón del desarrollo urbanístico de esta zona y su venta al constructor que mas pague. Viene motivada por la necesidad de dinero que el ayuntamiento tiene para financiar un "metrotren", que muy pocos creemos rentable. Pero que su construcción es la escusa perfecta para pagar favores a constructores amigos.
El soterramiento de las vías creará un complejo compuesto por 6 torres y varios edificios de baja altura. De todo esto la obra culminante será un exclusivo hotel de cinco estrellas, propiedad de la familia Masaveu que contará con 22 plantas (alrededor de 90 metros).
En principio la edificabilidad para esta parcela era de 12 plantas, según se comunicó a los vecinos de la zona sin embargo por obra y gracia del concejal de urbanismo de Gijón, ha pasado a tener un aumento de 10 plantas.
Los vecinos de Poniente están completamente indignados con el concejal de Urbanismo, Jesús Morales, a quien tachan de "auténtico manipulador" y al que acusan de haberles mentido sobre el proyecto de urbanización de la zona liberada por la barrera ferroviaria. El edil de Urbanismo les indicó que el proyecto estaba cerrado y que cambiar el diseño sería ilegal. "Curiosamente, en un mes, el primer diseño, el del hotel, se modifica y pasó de 12 plantas a 22".
Los vecinos insisten en las "mentiras" de Morales al asegurar que, en su momento, dijo que no se podía construir a ambos lados del soterramiento y, sin embargo, dos de los proyectos finalistas no solo lo proponían, sino que además se les dio validez técnica.
Por otro lado en el pliego de condiciones técnicas elaborado por la sociedad Gijón al Norte para el concurso, en su apartado 8.4., "se plantea una participación pública efectiva a lo largo de todo el proceso". Sin embargo el ayuntamiento sólo se reunió con las asociaciones vecinales para mostrarles lo que se iba a hacer, sin darles opción a estudiarlo en profundidad o hacer propuestas.
El poder económico de los Masaveu es indudable y su influencia parece que también. Si a eso le unimos que tenemos unos gobernantes que parecen deber grandes favores a los constructores. El resultado es una región en la que las recalificaciones y la variación de los planes urbanísticos son el pan nuestro de todos los días. Ahora le está tocando a Gijón que ve como los vecinos de Poniente verán sus viviendas tapadas por los sombras de seis colosos. La siguiente será Avilés, que con el desarrollo del Niemeyer, verá variado su plan urbanístico.
En Asturias no se generará empleo pero lo que si se genera es riqueza, pero para los constructores. Es triste que una región obrera esté cambiando suelo de uso industrial, por suelo resindencial y encima de lujo. Si Pablo Iglesias levantará la cabeza y viera lo que hacen los que se escudan en las siglas que el creó, se volvería apolítico.