En la actualidad se está celebrando el III Encuentro sobre el patrimonio minero, entre los temas tratados esta la conservación del castillete de la mina de Arnao. El castillete no sólo es el más antiguo y mejor conservado de Asturias, a su valor histórico y cultural se suma el valor sentimental que tiene esta construcción para los que fueron trabajadores de la antigua Real Compañía Asturiana de la mina de carbón de Arnao, hoy Asturiana de Zinc (AZSA).En el interior del castillete también cabe destacar que se encuentra la locomotora Eleonore , una máquina de vía estrecha adquirida en 1880 y considerada como la más antigua de España.
El complejo minero guarda el secreto de cientos y cientos de obreros que durante 81 años, de 1834 a 1915, dejaron parte de sus vidas, si no la vida entera, arrancando carbón en aquellas galerías que discurrían por debajo de la mar. Unas galerías que en 1905, sufrieron la primera gran filtración de agua, cifrada en más de 2.000 metros cúbicos por día. El viejo castillete de la mina de Arnao estoy seguro de que también podría hablarnos de lo que sucedió en las huelgas de 1900 y 1903. En una primera huelga, que se saldó con la expulsión de nueve trabajadores, y en la segunda, provocada por la expulsión de tres herreros, que dio lugar a una importante represión. Una represión que obligó a emigrar a más de cien obreros, con sus familias, a los Estados Unidos de América.
No podemos permitir que el primer castillete de una mina que se construyó en Asturias se pierda o deteriore, hay que buscar una solución entre todos. Este problema no se plantearía en otros países o en otras comunidades autónomas. La rehabilitación del castillete de la mina de Arnao había sido incluida en un principio en el plan de dinamización turística, pero finalmente el Ayuntamiento de Castrillón prefirió destinar la partida económica a la construcción del centro de interpretación en Raíces Viejo.
En el 2004 Asturiana de Zinc S.A. (AZSA) anunció que asumiría el coste de la rehabilitación del castillete de la mina de Arnao, ciñéndose al proyecto que presentase el Ayuntamiento de Castrillón, y lo cedería al municipio. El director general de AZSA, Manuel Alvarez, también se había comprometido con la alcaldesa, Angela Vallina, a permitir el acceso de un historiador designado por el ayuntamiento al archivo de la empresa, considerado como muy importante por muchos investigadores para indagar sobre la historia del municipio y la influencia de la fábrica en los habitantes del concejo. AZSA es propietaria del archivo de la Real Compañía Asturiana de Minas de Arnao, empresa establecida en el concejo a principios del siglo XIX. La rehabilitación del castillete, sería encargada a los arquitectos que elaboraron el circuito turístico del patrimonio industrial de Castrillón, que empieza en Bayas y concluye en San Juan de Nieva.
La recuperación del patrimonio municipal del concejo era una propuesta que iba recogida en los programas electorales de los tres partidos con representación municipal. Sin embargo como casi todas las promesas se quedó en papel mojado y la esperada trasferencia nunca llegó a realizarse.
En la actualidad el castillete, incluido en la declaración de Arnao como conjunto histórico que aprobó el Principado hace unos meses y declaradó conjunto histórico para su protección. Debe rehabilitarse para evitar su desaparición. Sin embargo los contactos entre Ayuntamiento y AZSA no han definido cómo se hará, si se cederá al municipio o será la propia empresa la que se encargue de su mejora. Aqui no debería descartarse el acceso de la iniciativa privada o la busqueda de otro patronzago pues la combinación de playa, museo, entorno y acceso a la "senda norte", justo al pie de la mina, es un "activo de alta rentabilidad".
El Ayuntamiento lleva años negociando con AZSA la cesión del castillete al municipio. Sin embargo el castillete sigue siendo propiedad de Asturiana de Zinc. Y AZSA ha dicho muchas veces que piensa cederlo al Ayuntamiento, pero no acaba de decidirse. Lo primero sería resolver esa cuestión, y lo segundo, que los distintos grupos políticos se pusieran de acuerdo y no utilizaran este asunto para echarse la culpa unos a otros. Claro que tampoco estaría de más que los vecinos de Castrillón hicieran oír su voz y echaran una mano para salvar el viejo castillete de la mina de Arnao.
Mientras la situación del viejo castillete se agrava cada día, su estado de conservación se vuelve preocupante, ya tiene un boquete en el tejado que hay que reparar inmediatamente. Pero mientras las desavencias políticas y institucionales, no cesen su futuro es incierto. La protección de la que goza hace obligatoria su restauración, sin embargo también estaban protegidas las paneras de Truyés o el complejo de Olloniego y las primeras ya desaparicieron y al segundo le puede suceder lo mismo. Todas las instituciones se deben volcar en la conservación de un patrimonio que hace a Asturias única, eso si son bienes culturales y no las torres que quieren hacer en Gijón, similares a las que hay en toda la costa mediterránea.
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