Asturias ha dejado escapar más de 44 millones de fondos mineros para empresas por falta del proyectos, principalmente en las Cuencas, ese es el gran titular de debe de tener este artículo. Por primera vez desde 1998, año en el que se instauraron estos fondos mineros como compensación al recorte de la producción de carbón, Castilla y León ha superado a Asturias en inversiones empresariales y empleo para la reactivación. La abundancia de suelo industrial, la buena sintonía entre partidos, sindicatos y empresarios de la vecina comunidad y el compromiso con su tierra de poderosos inversores, muchos de ellos atraídos desde la emigración, han propiciado este sorprendente vuelco, en concreto más de 53,3 millones de euros que representan el 32,9 por ciento del total de los fondos mineros.
El Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras, dependiente del Ministerio de Industria, reparte las ayudas empresariales de los fondos con unos criterios que favorecen a las regiones que más empleo minero perdieron. Según esos baremos, a Asturias le corresponde un máximo del 51,5 por ciento de las ayudas siempre y cuando presente proyectos suficientes para alcanzar esa tasa. En 2008 Asturias se ha quedado muy lejos del porcentaje, de hecho sólo ha logrado el 23,7 por ciento de los más de 161 millones de euros que repartió Industria en subvenciones empresariales. En concreto 104 empresas asturianas (40 de ellas ubicadas en los valles del Nalón y el Caudal) lograron ayudas valoradas en 38,5 millones de euros que permitirán desarrollar proyectos empresariales con una inversión de 258 millones de euros y la creación de 1.100 empleos. Asturias se quedó muy lejos del tope del 51,5 por ciento de las ayudas sobre todo por la falta de grandes proyectos empresariales en las Cuencas, donde las inversiones pueden obtener un mayor porcentaje de ayudas.
Asturias movía hasta ahora más de la mitad de los fondos destinados a la dinamización económica. Aunque aquí el grueso del ajuste minero ya está hecho, los empleos alternativos distan mucho todavía de enjugar los que se han perdido. En estas circunstancias, que Asturias se deje arrebatar el liderazgo de la reactivación, y con él unos cuantos millones de euros, resulta inexplicable.
La filosofía de los fondos, una oportunidad única que puso en marcha un Gobierno del PP y continuó otro del PSOE, era hacer aflorar un nuevo tejido económico en las Cuencas que contribuyese a levantarlas de la postración en que cayeron por el ocaso del carbón. Evidencias de ese letargo son la pérdida de población -2.000 habitantes cada año- y el alto nivel de paro, sobre todo femenino y juvenil, de las comarcas mineras.
Parece evidente que algo falla. Un estudio de la patronal revela que Asturias tiene el suelo industrial más caro del norte de España. Cuando lo tiene, porque un serio problema para instalarse en la región es la escasez de terrenos adecuados.
Es también una cuestión de incapacidad de las diferentes administraciones autonómicas, abrumadora mente de PSOE: 298 millones de euros del primer plan de fondos mineros (1998-2005) están aún sin invertir, algo inaudito cuando hay tantas necesidades y ya está en marcha una segunda fase con partidas presupuestadas hasta 2012; que veintiún empresas renuncien a pesar de tener aprobadas ayudas o que León mueva más activos empresariales que el Principado resultan síntomas muy alarmantes.
La verdadera realidad es que la región captó más de 38,5 millones de euros de la convocatoria de ayudas empresariales de los fondos mineros de 2008, pero podría haber logrado ayudas de más de 83 millones si los empresarios hubieran presentado más proyectos generadores de empleo.
Pero, no se trata sólo de la pérdida de dinero de las ayudas empresariales. El Ministerio de Industria ha comenzado a aplicar ya los nuevos criterios de reparto de los fondos mineros que le supondrán a Asturias un recorte de más de doscientos millones de euros en las cantidades acordadas inicialmente para todo el Plan del Carbón 2006- 2012. La negociación del actual plan, suscrita por los sindicatos con José Montilla, preveía que el Principado percibiera 1.710 millones de euros para la reactivación, un dinero que se destinaría a infraestructuras, ayudas empresariales y a formación. Sin embargo, transcurridos unos meses del acuerdo, el Ministerio anunció la necesidad de revisar los criterios de reparto. Así, Madrid ha recortado ya un 7,83 por ciento las partidas destinadas a Asturias, pasando el porcentaje que le correspondía al Principado del 59,4 por ciento, acordado en la firma del plan, al 51,57 por ciento. El Ministerio justifica su decisión señalando que en Asturias habría menos prejubilaciones de las previstas.
De esta forma, entre uno y otro frente, entre el dinero que se pierde en infraestructuras por la modificación de los métodos de cálculo, y el que se deja escapar en ayudas empresariales por la falta de iniciativas de los emprendedores que, a juicio de los alcaldes, se deben a la falta de suelo industrial, las comarcas mineras verán recortadas las ayudas del Plan del Carbón en casi sesenta millones de euros sólo este año (diez mil millones de las antiguas pesetas).
Lo que en definitiva supone un nuevo éxito de Gestión de un presidente incapaz de dirigir una región maltratada por las reconversiones y que subsiste a golpe de prejubilaciones y ayudas europeas. Dado que nunca tuvo un verdadero plan de reconversión alternativo a la desindustrialización de la región. Y también un nuevo éxito de unos líderes sindicales que siguen viviendo de un prestigio logrado por personas que si sentían las siglas que defendían.
Los que lo sufrimos los de siempre los que vemos como Asturias año tras año, deja pasar el tren del desarrollo, lo que condena a sus jóvenes a la precariedad o al exilio.
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