FUTURO PARA AVILÉS

Ultimamente se me acusa de que sólo se criticar, pues en este artículo demostraré que eso no es lo único que se hacer. Avilés como ya dije en varias ocasiones es una ciudad sumida en una crisis sin fin y en gran parte se debe a que sus políticos nunca miraron por su futuro y sólo miraron por sus intereses personales o partidistas. Crecieron con la premisa de que es más fácil destruir que construir; siempre hubo más chatarreros que fabricantes.
En Avilés siempre hubo profesionales de residuos metálicos, pero no una fábrica de coches, ni de tubos, ni de electrodomésticos, a pesar de tener acero, aluminio, cinc, vidrio y gente preparada. Nunca contamos con iniciativas ni apoyos políticos para atraer esas fábricas que hubiesen redondeado los ciclos productivos de la comarca y ampliado sus posibilidades de futuro. Tras varios quinquenios reculando, echamos mano de los solares liberados de Ensidesa, que quitó el hambre a tanta gente de aquí y de allá, para crear un polígono industrial muy caro, del que huyeron algunos empresarios, espantados por la pelea estúpida y continua entre los responsables de atraerlos, al ser de diferentes palos políticos y anteponer sus propios cargos al interés general.
Además, Avilés lleva muchos años olvidada por el Gobierno regional, que no da abasto proveyendo a Gijón de infraestructuras y equipamientos para los próximos quinientos años y con la colaboración de nuestras autoridades locales, que no chistaron. El propio «Gobiernín» ha comenzado a regalarnos algunas cosas para aliviar conciencias, y no porque aquí alguien haya pegado un puñetazo encima de la mesa. Algo comienza a verse en los últimos años, menos mal, pero al aplicar la ley de compensación, como en el fútbol, suele cometerse alguna injusticia, por no haber hecho lo correcto en su momento. Si las autoridades avilesinas hubiesen hecho caso de sus propias palabras, el Centro del Arte estaría en la central térmica y no habría que dar explicaciones absurdas. El «Equipamiento Cultural Singular» con que ilusionaron, «palabros huecos» hubiera recuperado la Térmica sin la cortina de humo de meter a Isolux con un proyecto imposible de aprobar.
El Niemeyer es un regalo caído del cielo que no recuerdo que obedeciera a petición alguna del Ayuntamiento avilesino, no hay quién. Alguna ocurrencia, a lo mejor para molestar al alcalde de Oviedo con lo de guardar en Avilés los diplomas de los premios «Príncipe de Asturias». El palacio de Camposagrado, al decir del mismo Gabino, sería el sitio más adecuado en Asturias como pinacoteca que albergase la colección Masaveu y no recuerdo ninguna petición en este sentido por parte de Avilés.
Avilés necesita que la Térmica se sume al casco histórico de la ciudad, al Niemeyer, la chimenea del sínter, los pantanos, Llaranes, la azucarera de Villalegre. Pongan ustedes, los que mandan, los contenidos que falten, que para eso cobran, y dejen de evaporar patrimonio de todos. Autoridades de Avilés, no se limiten a destruir, por favor. Promocionen ideas como la conocida de un mirador, cafetería o restaurante en lo alto de la chimenea mencionada, con un par de ascensores exteriores; no encontrarán mejor atalaya para vender los encantos del conjunto. Y ya que han premiado hace un año un proyecto para la Térmica, pónganlo en práctica en vez de tirar dinero y plan por un poco de chatarra y un solar.
Lo grave es que la Corporación local destruye como si fuera suyo y también saben lo que están haciendo, o deberían, que son gente capaz, capaz de todo. Si quieren promocionar a Avilés rescaten la figura de Pedro Menéndez, un gran almirante al que ustedes tratan de asesino; Saquen del olvido la colección de cerámica de José Manuel Feito, que otros la quieren para mostrarla. Pongan las figuras de Marta y María en el Parche, que es el sitio en el que deben de estar. Saquen el Tuluergo y el río de la Magdalena a la superficie, recuperen cauces con patos, ahora que las aguas fecales van, irán, a la depuradora, y podrán soterrar las vías y hasta el Ayuntamiento, ahorrándonos a todos el bochorno del real decreto avilesino ordenando que la manzana de los Álvarez, si cae, lo haga hacia dentro.
Donde esta el museo de la Industria, que si el problema es el nombre yo se lo sugiero, Museo de Ensidesa. Aúnque lo díficil no debía de ser el nombre, lo díficil debe de ser como hacer un museo de la siderugia, en un sitio que su patrimonio industrial está siendo destruido, ¿por qué no se mantuvo por lo menos en pie un alto horno?.
Creó que aquí ya tienen algunas sugerencias de como Avilés se puede mejorar, aplicarlas es cosa suya, pero intenten hacer algo más que vender humo. Porque su crédito está agotado y malo será que en Avilés por el bien de todos no haya alguien al que la ciudad le importe. Les queda menos de un año de gobierno y espero que los avilesinos les hagan pagar su servilismo político, su falta de iniciativas y su dejadez.