Mentiras, mentiras y más mentiras, son lo único que nos ofrecen los miembros del gobierno del Principado de Asturias. Nuevamente nuestros políticos se rien de la inteligencia de los ciudadanos y les vuelven a engañar. Todo esto viene a proposito del nuevo engaño del Presidente de Asturias y de su Consejero de Educación (el señor Riopedre) al respecto de la "gratuidad" de los libros del curso 2006-07. "En el próximo curso escolar habrá gratuidad en los libros de texto". Así lo había garantizado a principios de año, nuestro querido presidente, en la reunión con representantes del colectivo de estudiantes Aula Joven. En concreto, la administración se comprometió a financiar parte del coste de los libros universitarios, así como el total de los libros de enseñanza obligatoria para las familias con bajos ingresos. "Es un compromiso con una enseñanza de calidad"decía también el señor Areces . Mientras que "José Luis Iglesias Riopedre, afirmaba que "Es una cuestión de coherencia, el derecho a la educación no ha de interpretarse sólo como obligatoriedad, sino como gratuidad".
Un buen ejercicio de soberbía de ambos de la Administración asturiana, sin darse cuenta que una economía como la asturiana, dependiente desde hace años de las ayudas europeas, que reclama insistentemente ser reconocida como región desfavorecida para conseguir subvenciones, el Gobierno destina a este fin 7 millones de euros, mientras que otras comunidades, según las estadísticas, con economías bastante más boyantes, se decantaron por el sistema de préstamo de libros.
Sin embargo pese a lo dicho anteriormente la "gratuidad" no va a ser tal (probablemente por falta de recursos) y todo lo prometido se quedará en simples ayudas para la compra de los libros de texto. La beca será de 90 euros para un estudiante de Primaria y 130 euros de Secundaria y serán los beneficiarios las familias que no superen los 60.000 euros anuales que recibirán el importe directamente en sus cuentas bancarias.
Según informaciones aparecidas en los medios de comunicación, la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios cifra que cada familia con hijos e hijas en Primaria desembolsa 175 euros en la compra de los libros, cantidad que se eleva a 280 euros si el estudiante está en Secundaria. A estas cantidades se une el resto de gastos de material, ropa, calzado, etcétera, que elevan la factura de cada septiembre hasta los 700 euros siempre según esta organización. Esto nos demuestra que, centrándonos en el gasto por libros, la beca del Principado cubre poco más del 50% de dicho gasto para Primaria, cantidad que se reduce al 46% en caso de Secundaria.
Pero hay no acaban las mentiras y las chapuzas, destinan 7 millones de euros para comprar los libros calculando que son 65.000 las familias con derecho a las ayudas. Luego se dan cuenta de que no son tantas que sólo son 58.000, pero que hubiera pasada si fueran más. Lo que nos indica que la medida fue improvisada y electoralista, no sabían ni siquiera cuántas familias tenían derecho a acceder a la ayuda.
Y para rematar la faena, en sus declaraciones de este fin de semana el Consejero Riopedre, dice que "a pesar de las voces críticas que se escucharon contra el modelo, ha sido un éxito esperado y rotundo". Va a resultar que si das una ayuda económica las familias te la van a rechazar, que la gran mayoría de las familias con derecho a ello iban a solicitar la beca era algo que era evidente.
Con esto no sólo no soluciona el grave problema de los apuros, que las familias tienen cada septiembre a la hora de afrontar los gastos del inicio escolar, si no que va a derrochar un dinero que bien vendría para mejorar nuestros centros educativos y dotar a la escuela pública de los medios que se merece y necesita.
En mi opinión con un poco de presupuesto más del que se gastarán este curso y el que viene se hubiera dotado a todos los estudiantes con los libros necesarios, y con un modelo que haga que los libros pasen de unos a otros cada curso, el gasto sería muchísimo menor, ya que sólo habría que reponer los libros que se fueran deteriorando.
También evitariamos los excesos de las editoriales que se olvidan que la parcela de mercado que ocupan es la de un derecho y un servicio público como es la educación y sólo se preocupan en renovar ediciones para ganar dinero año tras año.
Por otro lado si el caso es gastar dinero público en educación, que se haga para aumentar el número de maestros, mejorar las instalaciones de los colegios públicos o programar actividades extraescolares o para conceder becas de comedor o de desayuno que la Administración regional no afronta y que cada vez son más demandadas por las familias asturianas.
Con medidas como estas, lejos de favorecer a las familias, a quien se apoya es a las empresas editoriales y a las grandes superficies que venden los libros, que seguirán manteniendo su parcela de negocio. Cuando desde diversas entidades: asociaciones juveniles, asociaciones de padres-madres, incluso colegios e institutos, se estaba haciendo un esfuerzo por promocionar el préstamo de libros, la Administración, en lugar de facilitar, regular y extender esta práctica, opta por la peor solución posible: el despilfarro y mal organizado.Desgraciadamente, éste es un ejemplo más de los intereses que guían a los políticos y de la ausencia de perspectiva que demuestran al gobernar. Aúnque quizas cuando se referían a los libros de texto gratuitos en Asturias, lo hacían pensando en "El Construyendo Asturias", que si resulto ser gratis.
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