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ARECES SIGUE EMPECINADO EN ACABAR CON EL PATRIMONIO ASTURIANO: EL EMBALSE DE CALEAO


Ayer Vicente Álvarez Areces, abrió el debate sobre el estado de la región y con un diagnóstico médico, indicó que Asturias goza de una salud envidiable tras haber superado una grave enfermedad. El fonendoscopio del jefe del Gobierno no le ha detectado en los últimos años ni un mal catarro. Sin embargo temas interesantes fueron olvidados en este debate, uno de ellos es el del embalse de Caleao o el de la rula de Avilés. En este artículo voy a incidir en el primero de ellos.
El Parque Natural de Redes, uno de los espacios protegidos de primer orden de esta Comunidad Autónoma, declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Interés Comunitario (LIC), considerado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO y propuesto como Parque Nacional por el Comité de Expertos del Ministerio de Medio Ambiente, está siendo el centro de atención a causa de un antiguo proyecto.
Dicho proyecto ha sido rechazado por sus altos costes ambientales en anteriores ocasiones, entre ellas, por el irracional Plan Hidrológico Nacional del gobierno del Partido Popular. PHN que tanto ha criticado el Partido Socialista (como no podía ser de otra forma) muchas veces, las más, como arma política.
La Viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, considera la construcción del pantano de Caleao, como algo irrenunciable e imprescindible para el abastecimiento del centro de Asturias. Resultan sorprendentes estas declaraciones en boca de un cargo que se supone es uno de los máximos responsables de la conservación del patrimonio natural de todos los asturianos y deja en evidencia la importancia real que el ejecutivo regional otorga al medio ambiente.
En ningún momento se valora el impacto socioeconómico que se producirá por la pérdida directa o indirecta de explotaciones agrícolas y ganaderas, anegadas por las aguas. A todo esto hay que sumar la inminente pérdida de la identidad cultural y paisajística, valores estos que han sido decisivos para que sobre este espacio hayan recaído algunas de las más importantes figuras de protección a nivel internacional.
Todos estos impactos, inexistentes para la Viceconsejera, son acompañados de los impactos medioambientales, que se traducirán en una mayor variabilidad de los niveles hídricos que impiden el desarrollo de vegetación de ribera, la agudización de los efectos de las inundaciones (peligrosas avenidas), la modificación del microclima local, la alteración de las características físico-químicas del agua a las que están adaptados los organismos tanto del ecosistema fluvial como del entorno ribereño y, por supuesto, las especies migratorias, como la trucha, se verán fuertemente perjudicadas. En definitiva, se destruye la estructura y funcionalidad del ecosistema de la zona, ecosistema que es intensamente alterado tanto en la componente socioeconómica como en la bio- y geosistémica.
Desde el Gobierno Central se han esgrimido al menos tres argumentos, todos ellos falsos. El Primer argumento: el riego de los campos de golf. Los numerosos campos de golf que se están implantando por toda Asturias consumen agua. Pero el clima de nuestra región permite el desarrollo espontáneo de praderas sin necesidad de riego, salvo en momentos puntuales de sequía.
Segundo argumento: las nuevas urbanizaciones costeras. Está previsto que se construyan en los municipios costeros de Asturias más de 60.000 nuevas viviendas. Muchas de ellas serán segundas residencias y es razonable pensar que buen número de ellas queden en manos de asturianos, de forma que el agua consumida los fines de semana en los chalés se compensará con la que se deje de consumir en la ciudad de residencia. En caso de que sean gente de fuera de Asturias el consumo de agua tampoco justificaría un embalse como el de con una capacidad de 33 Hm3 de capacidad, casi 10 veces más de lo que gastarían las nuevas viviendas en la peor de las hipótesis.
Tercer argumento: el déficit de agua. Éste es el argumento oficial del Ministerio de Medio Ambiente, que ha justificado el embalse alegando que la zona central de Asturias presenta un déficit anual de 53 hectómetros cúbicos en el sistema de abastecimiento. Sin embargo en Asturias no hay restricciones en el consumo doméstico o en el industrial, precisamente porque no hay ningún déficit. Incluso en los años más secos los embalses de Oviedo y de Cadasa, rondaron siempre el 50% de su capacidad.
Nuestros políticos como siempre lo que pretenden hacer es engañarnos con excusas y evitar que veamos la realidad. Esa realidad es que el embalse se justifica por la pretendida instalación en la zona central de Asturias de entre 10 y 15 nuevos grupos de ciclo combinado, es decir, centrales generadoras de electricidad. Tales grupos consumen gas natural, pero también agua, y además en enormes cantidades (100 litros por segundo). Una vez más, nuestras autoridades nos ocultan la verdad a los ciudadanos, o por lo menos parte de ella. Y la verdad es que con el embalse de Caleao se trata de asegurar el suministro, sí, pero no el de las poblaciones, sino el de los ciclos combinados. Así pues, el embalse no es más que el último eslabón de una larga cadena de agresiones medioambientales inherentes al desmedido crecimiento del sector eléctrico en Asturias, que incluye desde la ampliación de El Musel, con su regasificadora y su buque gasero cada semana, hasta el tendido por toda Asturias de cientos de kilómetros de cables de muy alta tensión, pasando por las propias centrales y sus emisiones de CO2, y terminando en el embalse que anegará para siempre el valle de Caleao. En definitiva lo que se les está pidiendo a los vecinos de Caso, es "combustible" para las turbinas de los ciclos combinados, agua limpia y barata para que las eléctricas sigan ampliando el negocio.
El asunto de la construcción del embalse está ahora en manos de la UE, que se espera que descarte la presa, al igual que ha ocurrido en otros puntos de España con proyectos similares, por el «irreversible» impacto que causaría. Sin embargo el Gobierno de Areces que presume de llevar a cabo una política sostenible y compatible con el medio ambiente, sigue empecinado en su construcción.
Este fin de semana se realizó una acampada en defensa del Caleao, impulsada por ecologista y apoyada por distintos partidos políticos y sindicatos, pero prohibida por el Gobierno regional ( lo que indica un retroceso de décadas en cuanto a la manera de concebir y comportarse desde una Administración democrática). Argumentando que el vigente marco legal no permite esta actividad en una zona protegida. Que curioso no se puede acampar y si se puede construir embalses. Estas son las cosas que sólo pueden pasar en Asturias.

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