El 20 de Octubre la Consejería de Pesca de asturias negaba la marcha de 11 palangreros con base en Avilés hacia el puerto de Burela. Aquí os dejo el enlace para que lo podais ver:
http://www.lavozdeasturias.com/noticias/noticia.asp?pkid=301542
La decisión de 11 armadores de palangre de trasladar sus descargas a Galicia comenzó a fraguarse en septiembre, ante la apertura de la pesquera de merluza en Gran Sol y el nuevo sistema de cuotas aplicado por el Ministerio. El 28 de septiembre, la Asociación de Armadores de Burela (ABSA) y los 11 armadores asturianos -la mayoría, con base en Avilés- firmaron un convenio de colaboración que entonces se explicó con la necesidad de asociarse para agrupar cuotas pesqueras y, de esta forma, impedir que la flota asturiana amarrase a puerto a agotar sus cupos.
Los armadores avilesinos -entre los que se encuentran algunos que quieren optar a gestionar la nueva lonja y apartar a la Cofradía de Pescadores- contaron con la bendición de la Consejería de Pesca del Principado para firmar el convenio, que consta de 14 puntos. En el apartado 4, por ejemplo, se les obliga a desembarcar y vender siempre sus capturas (no superior a los 7.000 kilogramos) en el puerto de Burela, gestionado por la ABSA, hasta el 31 de diciembre. Esta asociación también se ha reservado, como figura en el punto 4 del acuerdo, la capacidad para retener y deducir de los vales de venta una cantidad de dinero como multa por saltarse el cupo.
Lo que es decir que el Principado no sólo conocía el traslado si no que lo apoyaba. Parece que el amigo Areces tiene favores de partido que pagar a Touriño y su socio de gobierno el amigo Quintana. Algo típico en Areces que desde que está en el gobierno se distingue por su cortesía con Galicia, renunciando a cuotas lácteas y pesqueras, año tras año.
La consecuencia de está maquinación política la podemos ver en cifras Los efectos de la pérdida ya se han comenzado a acusar en la rula de Avilés, la principal de Asturias al aglutinar más del 80 por ciento de los desembarcos anuales.
Los mayoristas de merluza cifran en unos 200.000 euros de media la pérdida de facturación entre octubre, fecha en la que los barcos comenzaron a vender en Burela (Galicia), y diciembre, cuando vence el convenio de asociación entre los armadores gallegos y asturianos. Al final del año el Principado perderá unos 2,4 millones de euros en ventas de merluza que han ido a parar a Galicia. A lo que debemos de unirle que los once palangreros recibieron ayudas para la modernización a cargo de las arcas del Principado por importe de 18 millones de euros.
Esto parece un episodio más en la lucha de Areces por liquidar el sector pesquero asturiano, que se une a la crisis que atraviesan las instalaciones pesqueras de Avilés. Su gestora, la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas», ha advertido de que tendrá que cerrar el 31 de diciembre al retirarle el Puerto de Avilés la concesión de la nave polivalente y la fábrica de hielo, servicios básicos para vender pescado.
Todo esto parece motivado por la fijación que tiene el Principado en acabar con la Cofradía de pescadores de Avilés (igual lo que quieren es el jugoso suelo de su poblado). Y entregar la lonja de Avilés a un grupo de empresarios amigos a los que el presidente del Puerto, Manuel Ponga, garantizó condiciones favorables para hacerse con el control de la rula. Unos empresarios enamorados del modelo de gestión de la lonja de Santander, uno de los principales puertos pesqueros del Cantábrico hasta hace unos años, que acabó vendiendo 80 kilos de pescado en una jornada, con los trabajadores de la cofradía despedidos y con sus barcos operando en Ondarroa y Avilés. La construcción de una nueva lonja fue el inicio de la crisis de Santander. Años de enfrentamientos entre el Puerto y la Cofradía de pescadores, hasta el punto de que la construcción de la nueva lonja concluyó sin que se hubiera resuelto su gestión. La cofradía era la propietaria (como en el caso de Avilés) la fábrica de hielo y el resto de equipamientos de los que la nueva instalación carecía.La falta de inversiones y su precaria situación económica llevaron a la cofradía a la quiebra. Finalmente, el Puerto le retiró la autorización para gestionar la lonja. El conflicto, aún abierto, llevó a que la Autoridad Portuaria asumiera la gestión de la lonja, que trata de recuperar una mínima parte de la actividad perdida. En la actualidad vende 5500 toneladas al año. La lonja de avilés "pese" a que ésta -en manos de la Cofradía «Virgen de las Mareas»- está lejos de la precaria situación de la lonja vecina al concentrar el 80 por ciento de los desembarcos anuales en Asturias, con 17.000 toneladas en 2005.
Las cifras hablan por si sólas, no se puede dudar de la gestión de la cofradía avilesina, lo que se debe de pensar es en la existencia de oscuros intereses políticos detrás de todo esto. No se si hay que pagar deudas de partido con Galicia, o hay que pagar deudas con empresarios amigos. Pero lo que si sé que como el amigo Areces se tire 4 años más en la poltrona, a Asturias ya no la arregla nadie. Por el bien de todos espero que estemos en el último año de mandato de un personaje al que nunca le importó ni Asturias ni los asturianos.
http://www.lavozdeasturias.com/noticias/noticia.asp?pkid=301542
La decisión de 11 armadores de palangre de trasladar sus descargas a Galicia comenzó a fraguarse en septiembre, ante la apertura de la pesquera de merluza en Gran Sol y el nuevo sistema de cuotas aplicado por el Ministerio. El 28 de septiembre, la Asociación de Armadores de Burela (ABSA) y los 11 armadores asturianos -la mayoría, con base en Avilés- firmaron un convenio de colaboración que entonces se explicó con la necesidad de asociarse para agrupar cuotas pesqueras y, de esta forma, impedir que la flota asturiana amarrase a puerto a agotar sus cupos.
Los armadores avilesinos -entre los que se encuentran algunos que quieren optar a gestionar la nueva lonja y apartar a la Cofradía de Pescadores- contaron con la bendición de la Consejería de Pesca del Principado para firmar el convenio, que consta de 14 puntos. En el apartado 4, por ejemplo, se les obliga a desembarcar y vender siempre sus capturas (no superior a los 7.000 kilogramos) en el puerto de Burela, gestionado por la ABSA, hasta el 31 de diciembre. Esta asociación también se ha reservado, como figura en el punto 4 del acuerdo, la capacidad para retener y deducir de los vales de venta una cantidad de dinero como multa por saltarse el cupo.
Lo que es decir que el Principado no sólo conocía el traslado si no que lo apoyaba. Parece que el amigo Areces tiene favores de partido que pagar a Touriño y su socio de gobierno el amigo Quintana. Algo típico en Areces que desde que está en el gobierno se distingue por su cortesía con Galicia, renunciando a cuotas lácteas y pesqueras, año tras año.
La consecuencia de está maquinación política la podemos ver en cifras Los efectos de la pérdida ya se han comenzado a acusar en la rula de Avilés, la principal de Asturias al aglutinar más del 80 por ciento de los desembarcos anuales.
Los mayoristas de merluza cifran en unos 200.000 euros de media la pérdida de facturación entre octubre, fecha en la que los barcos comenzaron a vender en Burela (Galicia), y diciembre, cuando vence el convenio de asociación entre los armadores gallegos y asturianos. Al final del año el Principado perderá unos 2,4 millones de euros en ventas de merluza que han ido a parar a Galicia. A lo que debemos de unirle que los once palangreros recibieron ayudas para la modernización a cargo de las arcas del Principado por importe de 18 millones de euros.
Esto parece un episodio más en la lucha de Areces por liquidar el sector pesquero asturiano, que se une a la crisis que atraviesan las instalaciones pesqueras de Avilés. Su gestora, la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas», ha advertido de que tendrá que cerrar el 31 de diciembre al retirarle el Puerto de Avilés la concesión de la nave polivalente y la fábrica de hielo, servicios básicos para vender pescado.
Todo esto parece motivado por la fijación que tiene el Principado en acabar con la Cofradía de pescadores de Avilés (igual lo que quieren es el jugoso suelo de su poblado). Y entregar la lonja de Avilés a un grupo de empresarios amigos a los que el presidente del Puerto, Manuel Ponga, garantizó condiciones favorables para hacerse con el control de la rula. Unos empresarios enamorados del modelo de gestión de la lonja de Santander, uno de los principales puertos pesqueros del Cantábrico hasta hace unos años, que acabó vendiendo 80 kilos de pescado en una jornada, con los trabajadores de la cofradía despedidos y con sus barcos operando en Ondarroa y Avilés. La construcción de una nueva lonja fue el inicio de la crisis de Santander. Años de enfrentamientos entre el Puerto y la Cofradía de pescadores, hasta el punto de que la construcción de la nueva lonja concluyó sin que se hubiera resuelto su gestión. La cofradía era la propietaria (como en el caso de Avilés) la fábrica de hielo y el resto de equipamientos de los que la nueva instalación carecía.La falta de inversiones y su precaria situación económica llevaron a la cofradía a la quiebra. Finalmente, el Puerto le retiró la autorización para gestionar la lonja. El conflicto, aún abierto, llevó a que la Autoridad Portuaria asumiera la gestión de la lonja, que trata de recuperar una mínima parte de la actividad perdida. En la actualidad vende 5500 toneladas al año. La lonja de avilés "pese" a que ésta -en manos de la Cofradía «Virgen de las Mareas»- está lejos de la precaria situación de la lonja vecina al concentrar el 80 por ciento de los desembarcos anuales en Asturias, con 17.000 toneladas en 2005.
Las cifras hablan por si sólas, no se puede dudar de la gestión de la cofradía avilesina, lo que se debe de pensar es en la existencia de oscuros intereses políticos detrás de todo esto. No se si hay que pagar deudas de partido con Galicia, o hay que pagar deudas con empresarios amigos. Pero lo que si sé que como el amigo Areces se tire 4 años más en la poltrona, a Asturias ya no la arregla nadie. Por el bien de todos espero que estemos en el último año de mandato de un personaje al que nunca le importó ni Asturias ni los asturianos.
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