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CÁNDIDO Y MORALA, CONDENADOS A 3 AÑOS. LA INJUSTICIA CONTINÚA


Hoy el Juzgado Penal número 1 de Gijón ha condenado a tres años de prisión por los daños causados durante una protesta laboral a los dirigentes de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) en el astillero Naval Gijón, Cándido González Carnero y Juan Martínez Moral, que recurrirán la sentencia.
La resolución del juez Lino Mayo, que fue notificada a las partes esta mañana, considera probada la participación de los sindicalistas en la destrucción de la caja de conexiones del sistema de control de Tráfico por Vídeo en la Plaza de Maximino González el 10 de marzo de 2005. La sentencia fija una condena a tres años de prisión, una indemnización de 5.624 euros al Ayuntamiento y una multa de 2.160 euros, aunque los inculpados tienen pendiente la resolución de otro juicio en el que la Fiscalía ha pedido dos años y seis meses de cárcel por el incendio de una furgoneta en otra movilización. Morala y Carnero declararon que recurrirán la sentencia por considerarla como "un eslabón de la trama política y policial que criminaliza las protestas laborales para cerrar el astillero y construir pisos de lujo". Los dirigentes de la Corriente Sindical de Izquierdas dijeron que el magistrado se ha basado en los testimonios de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía y recordaron que el primero de ellos que testificó en su contra "ha estado infiltrado en el sindicato y ha mentido". En declaraciones realizadas a los periodistas al salir del juzgado, los sindicalista responsabilizaron al juez de la filtración de la sentencia a un medio de comunicación escrito y anunciaron que presentarán una queja al Consejo General del Poder Judicial. En los fundamentos de la sentencia se expresa que "la libertad sindical no constituye una excepción y su ejercicio debe realizarse dentro del más estricto respeto a la Constitución Española y a la Ley". Los incidentes se produjeron durante una de las múltiples movilizaciones llevadas a cabo entre octubre de 2004 y marzo de 2005 con periodicidad semanal por los trabajadores de Naval Gijón para exigir carga de trabajo para el astillero.
Hoy esta sentencia se hizo pública pero sin embargo, algunos ya la podíais conocer el sábado, si leísteis la Voz de Asturias, porque sin nadie saber como, esa noticia fue filtrada a la prensa:
Al día siguiente el periódico de guardia del PSOE asturiano, o lo que es lo mismo el Comercio, reprodujo la misma sentencia. Aquí tenéis el vínculo para comprobar como la sentencia, era la misma que se hizo pública en el día de hoy:
http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20070218/economia/sindicalistas-morala-carnero-condenados_20070218.html
No es lógico que se filtre una resolución judicial y que se haga pública antes a la opinión que a los propios interesados. Pero eso sólo es uno más de los despropósitos que se están sucediendo en este caso. Motivado no por los miembros de la judicatura ni los funcionarios de policía, sino por los políticos deshonestos y mentirosos que aún hoy en día niegan la evidencia, la protesta contra la atroz injusticia que se está cometiendo contra dos hombres, cuya supuesta culpabilidad en el destrozo de un cajetín, de ninguna manera les puede convertir en reos de un delito que ellos no han cometido.
Carnero y Morala sólo son culpables de luchar por un sector que el Principado y el Ayuntamiento de Gijón llevan años teniéndolo sentenciado. Los políticos engañaron durante años a los ciudadanos, vendiéndonos que luchaban por defender el sector y a la vez creaban dos grandes playas delante de los astilleros de Naval Gijón y de Juliana, asfixiando la actividad industrial de manera solapada, para ir desmoronando de manera paulatina la resistencia social a la reconversión del naval.
Así se fueron invirtiendo miles de millones de dinero público enun sector en el que no se creía. Eso es lo que denunciaron Cándido y Morala y por eso ahora son condenados. Ellos irán a la cárcel porque ya anunciaron que renuncian a un posible indulto, pero los que deberían de estar entre rejas siguen moviendo los hilos de la región. Espero que el Caso Morala y Carnero, al igual que el de Cajastur o tantos otros no queden en el olvido y el próximo mayo, la mayoría digamos vayanse y dejen ya de tomarnos el pelo.

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