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LA LUCHA PCE y IU, POR EL CONTROL DE ASTURIAS




El sabado se produjo un nuevo episodio en la lucha por el poder en el seno de IU asturiana. Provocándose una crisis sin precedentes en la organización. La explicación de la crisis que afecta a los comunistas y alcanza al conjunto de IU es muy compleja. La crisis que afecta a los comunistas asturianos y al conjunto de IU se relaciona con el intento de la dirección federal comunista -a cargo de Francisco Frutos y Felipe Alcaraz- de restar apoyos políticos a Llamazares, coordinador federal de IU, en su principal feudo, que es Asturias. La elección de De Asís Fernández como secretario del PCA contó con la bendición de la dirección federal de Frutos.Noemí Martín, reelegida secretaria del PCA en el octavo congreso de marzo del año pasado y para cuyo cargo los críticos han nombrado ahora a De Asís Fernández, se pronunció ayer sobre la situación que se abre tras el cónclave repetido. Aseguró que la dirección comunista que ella lidera seguirá actuando como tal, aunque admitió que la dirección federal reconoce a la De Asís Fernández. Tal situación implica que es este último y el equipo del que se rodee quienes disponen de poderes económicos y patrimoniales en el partido.
Acuerdos electorales IU y Partido Comunista son dos organizaciones distintas, pero ligadas por acuerdos electorales y económicos. Una gran mayoría de los miembros de la coalición son militantes comunistas. Es el caso de De Asís Fernández, secretario del Partido Comunista en Oviedo y coordinador de la coalición en el mismo municipio. También es la situación de Noemí Martín, secretaria del PCA y dirigente de IU que, entre otras cosas, forma parte del consejo político de la coalición y es portavoz parlamentaria. De este modo, las consecuencias de la crisis afectan a ambas organizaciones, y la ruptura que, salvo sorpresa de última hora, se producirá hoy puede desencadenar un conflicto con muchos frentes difíciles de resolver y puede acabar en los tribunales.
Las incógnitas que se abren desde hoy son numerosas. La primera, la situación que se plantea por la repetición del octavo congreso, cuyo efecto principal es la elección de un secretario del PCA. ¿Convivirán dos direcciones en Asturias sin que una y otra, la de Martín y la de Fernández, se reconozcan? La segunda cuestión que cabe plantearse tiene muchas implicaciones. El consejo político de IU creará una gestora en Oviedo que luego elaborará una nueva candidatura municipal que invalidará la ya elegida por la asamblea local. Al margen de que la dirección federal no asuma la legitimidad de tales medidas, el PCE ha amenazado con expulsar a los militantes comunistas que, como miembros de dicho consejo, respalden la creación de esa gestora. Martín ha asegurado que la dirección federal no tiene capacidad para hacer tal cosa, pero la situación que puede darse es similar a la anterior: que Madrid no reconozca a unos militantes que se seguirán considerando como tales en Asturias. Y otro problema no menor: el de las sedes. La titularidad es el del PCE e IU las usa, desde hace muchos años, como inquilina que paga por ello. ¿Puede la dirección federal desalojar a la coalición o impedir el acceso a personas como Noemí Martín? Las cosas no están claras y también éste puede ser asunto a dirimir en los tribunales.
Pero dentro del problema se ocultan otras realidades, por un lado el sector crítico del PCA se opone a los planteamientos de IU de dar un giro al partido, renunciando a su pasado comunista y modernizar el partido. Para eso se busca crear un nuevo partido (posiblemente denominado Izquierda Asturiana) y que sería una confederación de partidos “ecosocialistas”, de tinte nacionalista, siguiendo el modelo de Iniciativa per Catalunya-Els Verts. Para entendernos, en cada comunidad autónoma, un partido "ecosocialista" coaligado con Los Verdes –que carecen de militancia pero le dan la etiqueta- que Llamazares cree que es la respuesta “moderna” y “viable” a la España que se supone que él mismo tiene en la cabeza.
Y por otro lado con la decisión adoptada por IU en Asturias de crear una gestora para desplazar a los dirigentes de la capital del Principado vinculados al PCE, respaldados por la mayoría aplastante de la militancia, no es, como aparentemente puede interpretar cualquiera, un simple error político que destruye a la izquierda capitalina –lo que viene a añadirse al clima creado por el PSOE con la masiva expulsión de militantes de la AMSO por pedir la celebración de primarias en Oviedo-, sino una necesidad urgente de acallar la actuación firme e independiente de Roberto Sánchez Ramos y Celso Miranda, que con el apoyo de Francisco de Asís Fernández Junquera, han manifestado en todo momento su respaldo a los daminificados por el gobierno PSOE-IU, llámense Cándido y Morala, llámese Teleasturias.
Así si políticamente la decisión es aberrante, porque destruye las posibilidades de la coalición en las municipales, y probablemente en las autonómicas, jurídicamente lo es aún más, pues el PCE es un partido soberano que está coaligado dentro de IUIU es una coalición de partidos, hay que recordarlo- y que IU prohibió a los militantes del PCE acudir al congreso que se celebra el sábado, es algo que desde el punto de vista de la legalidad.
Las consecuencias definitivas de todo este lío de tintes raros no las podemos suponer. En mi opinión el respaldo a de Asis no será suficiente para escindir el partido y poder presentar listas propias por lo menos en estas elecciones. Aún en el hipotético caso de sacar listas, están no significarían más que una ruptura simbólica, sólo parecen controlar el 15% del partido y eso sería un reflejo de sus resultados electorales.
IU parece que se ha dado cuenta de que después de muchos años de democracia aún no había conseguido encontrar su sitio en el orden de partidos y ahora parece que lo ha encontrado. Ese sitio es al lado de gobiernos socialistas, aceptando para ello cambiar su ideología y sus principios por espacios de influencia. Eso es lo que ahora es IU una malgama de partidos de diferentes tintes, unos de izquierdas, otros ecologistas, otros independentistas y en definitiva, pocos comunistas.
El sector de Asis y compañía pueden ser, como lo es Frutos los últimos representantes de una ideología que debilitó la Guerra Civil y que murió definitivamente con el eurocomunismo de Santiago Carrillo. Una vía que renunció a sus principios como sus socios renunciaron al marxismo. En definitiva que nadie os engañe, los que tenemos principios de izquierda nunca nos vamos a identificar con esos que se hacen llamar "Izquierda Plural" y si con románticos de la lucha como Carnero y Morala, a los que ellos han condenado a la cárcel.





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