Desde que empece a hacer este blog tengo una deuda pendiente. En mi lucha por defender el patrimonio de Asturias hoy le toco el día a la termica de Avilés.
La Térmica, ese edificio de grandes dimensiones a un paso del poblado de Llaranes, tiene su futuro pendiente de un hilo. Distintas voces de la ciudad han salido en defensa del emblemático
edificio, que tras haber agotado su función como generadora de electricidad, permanece a la espera de una decisión sobre su futuro. En un principio se pensó, e incluso se comenzó el proyecto de convertirlo en museo, centro singular ó equipamiento para usos lúdicos. Una vez establecido su valor arquitectónico e histórico y las amplias posibilidades de su robusta construcción.
Todo parecía bien encaminado para rescatar y dar valor social a tan singular edificio. Ocho empresas se interesaron en redactar el plan cultural para la Central Térmica. Infoinvest, propietaria del edificio y según declaraciones del propio concejal de cultura, "no está poniendo ningún obstáculo para que la Central Térmica pase a ser propiedad del Ayuntamiento". Se hablaba de los proyectos e ideas que podía albergar el edificio. E incluso desde el ayuntamiento se afirmaba que "esta actuación cultural y de ocio, es un proyecto clave en el pacto de gobierno entre el Partido Socialista e Izquierda Unida".
Sin embargo en marzo aterrizó Isolux con el proyecto de instalar en el lugar una central térmica de ciclo combinado. El Ayuntamiento, Principado y los sindicatos UGT y CCOO aplaudieron el proyecto de Isolux; a pesar que supondría la destrucción del antiguo edificio y la creación de una nueva térmica de alto impacto ambiental a las puertas de Avilés. El proyecto de Isolux se ha esfumado y nuevamente se plantea cual va a ser el destino de tan singular edificio y muchos pensamos que fue una cortina de humo del principado para sondear a la opinión pública sobre el futuro de la térmica. Sobre la que se ciernen en estos momentos oscuros nubarrones de derribo, empujados por vientos de especulación.
En los últimos años estamos asistiendo a un intento por eliminar de Avilés todo lo que recuerde a ENSIDESA. Se eliminó los altos hornos, uno de ellos para hacer una glorieta, las antiguas acerias, los talleres y ahora parece que le toca a la termica. Parece un intento de pensar que con borrar el pasado se va a conseguir avanzar en el presente.
Nadie parece consciente de que ese patrimonio es histórico y debería de ser la base para ese museo de la siderurgia que Avilés se merece y que parece ya condenado al olvido ante el avance del Niemeyer. En Alemania en la cuenca del Ruhr, motor del desarrollo alemán, su patrimonio industrial siderúrgico acabó convertido en un luminoso museo asombro de propios y extraños y lugar de cita obligada para los miles de turistas de la zona.
Ese sería el ejemplo a seguir pero la Administración asturiana ni siquiera lo tiene encuenta, ya que se dispone a hacer desaparecer su patrimonio industrial, sin caer en la cuenta del tremendo error que cometen al negar cualquier valor cultural a la central térmica de Ensidesa para justificar así su derribo.
Entre todos debemos de unirnos para lograr evitar un nuevo error imperdonable de la Administración asturiana y evitar el derribo este mismo año de la construcción que durante medio siglo surtió de electricidad y vapor de agua a la cabecera siderúrgica de Avilés.
la Consejería de Cultura no podrá seguir callada y que tendrá que opinar tarde o temprano sobre el proceso de derribo, incluso frenar en seco la operación por coherencia con la supuesta protección patrimonial de que goza la Térmica.
No obstante la demolición parece que ya esta en marcha. Infoinvest, la entidad pública, que dirige en Avilés Carlos García Robles, quiere el solar de la vieja térmica vacío cuanto antes para que se instalen en él nuevas empresas y rechaza de plano la posibilidad de conservar un inmueble que se quedó huérfano de uso tras desecharse la idea de rehabilitarlo para instalar el Centro Integral de la Cultura y el Ocio de Avilés. Los derribos, según los plazos administrativos fijados, comenzarían en octubre.
El Colegio de Arquitectos, el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, la asociación de defensa del patrimonio Incuna, organizaciones ecologistas, historiadores locales y ex trabajadores de Ensidesa, entre otros, ya han hecho pública en estos días pasados su contrariedad por el pretendido desmantelamiento de la Térmica.
El futuro de lo que algunos arquitectos califican como «la Capilla Sixtina del patrimonio industrial asturiano» pende de un hilo. Es en la vía administrativa donde radican las mayores esperanzas de poder impedir la acción de la piqueta.
Si nadie lo impide y al final la térmica es derribada, Avilés dejaría en blanco la historia de los últimos 50 años de la ciudad. El desarrollismo que ENSIDESA la inculcó seria borrado para las generaciones venideras. No se si las óredenes de demolición vienen de Madrir, de Oviedo o de donde sea. Pero lo que si sé es que si el Principado de Asturias o el Ayuntamiento de Avilés. Se hubieran preocupado de darle una viablidad y un proyecto en serio a este edificio la situación actual sería distinta.
Con el cierre de la histórica Central Térmica de ENSIDESA en Avilés en febrero del 2005, se ponía a disposición pública un edificio de gran valor tanto por su significado histórico como por su riqueza como patrimonio industrial. El ayuntamiento había puesto en marcha en noviembre del 2004 un ambicioso plan para transformar el edificio y sus alrededores en un equipamiento cultural único en el norte. Aunque en el 2001 ya se hablaba de la construcción del museo de la industria en la antigua Central.
El caso es que su futuro es incierto aúnque parece que su derribo anunciado para noviembre, ya no podrá detenerse . Pese a que las voces que piden el indulto de la vieja instalación, considerada un bien único del patrimonio industrial, son, no obstante, muchas. De hecho, los proteccionistas mantiene un portal en internet en defensa de conservar el edificio.
Lo que está claro es que si al final es derruida con ella se irá parte de la historia de Avilés. Una villa con una historia de 1000 años, que observa impasible como parte de ella, le es robada para la memoria colectiva.
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